
Límites
Sentía una enorme ilusión por ser consciente de que pronto iba a poder internarme en un sitio prohibido y rebosante de material literario.
Mi desesperación por escribir auténtica literatura comenzaba a tantear con la punta del pie lo que había detrás de los límites.
Mi prisa por vivir antes de morir y escribir para no ser olvidada iba a más velocidad de la que era capaz de asimilar.
Me sorprendí descubriendo que no me importaba cruzarlos, aunque se pusiera en riesgo mi código moral, mi reputación o mi pellejo.
Me daba igual todo con tal de conseguir lo que se me resbalaba de entre los dedos.
Claro que, pensándolo bien, llevaba años manipulándome a mí misma, con lo cual llevaba años sin que me importase una mierda mi código moral.
© Sara Levesque 2022